MATERIA, TRAZO Y ATMOSFERA

El lápiz carbón (Carboncillo) es una de las herramientas más antiguas y nobles del dibujo. Su trazo no busca la perfección del contorno, sino capturar la atmósfera, la textura y la emoción de lo observado. A diferencia de otros medios, permite pasar de una línea precisa a una mancha difusa, de una sombra densa a un velo casi transparente, generando imágenes que respiran y vibran sobre el papel. Su capacidad de sugerir más que definir lo convierte en un recurso ideal para interpretar paisajes urbanos, ruinas, rincones olvidados o la memoria de un lugar. Cada trazo a carbón es materia, polvo y gesto, capaz de construir imágenes que dialogan con la luz y el vacío.

Invitamos a artistas, diseñadores, arquitectos, estudiantes y aficionados al dibujo a participar de nuestra convocatoria especial “Carboncillo”. Queremos explorar las posibilidades expresivas y narrativas del lápiz carboncillo como herramienta de registro urbano.