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EXPERIENCIA

Una pausa en el tiempo: El trolley

By abril 22, 2025abril 26th, 2025No Comments

Valparaíso es famoso -en serio, mundialmente- por su pasado, su arquitectura, el Wanderers, los cruceros, ascensores, los choros del puerto y ahora porque los proyectos inmobiliarios son observados cuidadosamente por ciudadanos y autoridades.

Los turistas (rusos, ingleses, gringos, franceses) tienen un circuito obligado que incluye La Sebastiana; casa de Neruda, el paseo 21 de mayo, el museo Baburizza, el taquillero cerro Concepción, el museo a cielo abierto. Todo en el cerro.

Sin embargo existen hitos turísticos ubicados en el plan de Valparaíso como el barrio la Matriz, el mercado o el mismo puerto, pero son considerados “peligrosos” (cuántas cámaras). Ellos están en la ruta de un potente transporte público: el trolley. Este sistema merece ser reconocido una y otra, y otra vez y una más por su historia, por el sistema mismo, por lo que significa estar vigente por casi 80 años en Valparaíso.

El trolley es un sistema de transporte público alimentado por energía eléctrica que data desde 1880. Este sistema consta de un tendido eléctrico aéreo que recorre la ciudad de extremo a extremo, desde el cual se adhiere una unidad “trolley” por medio de dos astas. Es como “los autopistas” de juguete pero al revés: desde arriba.

Este sistema, desde su origen, fue y es utilizado en bastantes ciudades del mundo como Australia, China, Irán, Mongolia, Italia, Suiza, Austria, Suiza, Alemania, Grecia, Polonia, Brasil, Argentina, México, Ecuador, Venezuela, EEUU, Canadá en América.

Y se suma Chilito y con un dato no menor: La flota cuenta con el trolebús N°814, un Pullman Standard 43-CX del año 1947, el más antiguo del mundo en funcionamiento. Si, si, hay unidades más antiguas pero es ésta unidad la que actualmente se encuentra operativa desde los 0 kms. En todo el mundo! Chupatesa.

La flota de trolebuses en Valparaíso data desde 1948 cuando se decide reemplazar a los tranvías. Desde esa fecha la flota ha pasado por una cantidad de duras transformaciones: auges, abandonos, deudas, dictaduras, licitaciones, ventas, remates, inyecciones económicas, etc. Aun así el sistema sigue vigente y los porteños tienen el privilegio de usar estas máquinas silenciosas desde hace casi 100 años, mientras algunos países desarrollados se rompen la cabeza para aplicar un sistema de transporte público eléctrico en sus ciudades. Valpo siempre la llevó, la lleva y la llevará. No como Renca.

Desde que se metió Estados Unidos en nuestro país, los gobiernos no han parado de mirarlo como modelo. Toda una cultura norteamericana se ha instalado en nuestro país: comida, moda, música, cine, ropa, autos, costumbres, Halloween, Holywood, Cinemark, Cinehoyts, la TV, la manera de hablar cachai?, la Coca cola, el concepto de éxito y comprar, comprar, comprar. La cultura desechable y consumista de la que hablaba Moulian a fines de los 90s.

Esto y más tienen un mínimo común denominador: la velocidad. Vive rápido y muere rápido dirá Sid Vicius. Un minuto menos es un dólar menos, dirá… cualquier Yuppie. La siesta de mediodía del huaso? Olvídalo. Esta velocidad destructiva es propia de las ciudades sin embargo, el trolley hace su aporte justo en medio de ellas. “Es hospitalario con la pausa en el tiempo” como dijo Humberto Gianinni. Con su traslado a velocidad-crucero desde un borde de la ciudad al otro, el viaje se transforma en paseo y más que mirar por la ventana, los ojos se vuelcan al interior sin ser obligados, como en un ascensor sin Faúndez.

El trolley, como los ascensores, aportan con esta velocidad- paseo propia del turista que no quiere llegar rápido a cocinar; quiere mirar esa ciudad que el porteño se sabe de memoria y le parece natural ver sabanas o ropa interior colgadas a orillas de la Av. Alemania, o casas construidas con un par de palos, permanit y estamos. O los incendios, o los burros comiendo verduras a orillas del Cardonal, o unos grafittis verdaderas obras de arte. En fin. Relajarse en la vida o “ser hospitalario con la pausa en el tiempo” y sentir que “las cosas van más lento” como recita una de las mejores canciones de Pánico, pueden hacer de nuestro corto pasar por este planeta, algo más digerible como un caldo de mariscos.

 

Cristian Felipe
Bustamante Prieto

Arquitecto
Dr. © Comunicación y Arq. ETSA, UPM. Madrid
Mag. Docencia Universitaria. MDU.
Director revista “Escala uno al ojo”
Director Encuentro de Escuelas de Arquitectura E.S.T.A!
Fundador y Guitarrista de la Banda Umbría en Kalafate.