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DISEÑO

Volantines porteños: ATRAPANDO EL CIELO

By abril 22, 2025abril 26th, 2025No Comments

Ciertamente el cielo ha sido es y será una suerte de dimensión ambigua que va mas allá de lo conocido y lo desconocido. Una dimensión llena de simbolismos y lecturas Teo, Geo y Antropo-referenciales. Una dimensión que se manifiesta inalcanzable y desescalada a los sentidos humanos, y por otra parte llena de abstracciones algorítmicas que de alguna manera nos permite poder situarnos dentro y referenciados en una escala casi infinita. Ahora bien, teniendo en cuenta estos elementos ligeramente expuestos, podríamos distinguir tres modos de mirar o vivenciar el cielo.

El primero que tiene que ver con aspectos Teológicos y Mitológicos, entendiéndolo como un espacio o lugar para dioses, por ende desescalado al hombre.

El segundo vinculado a las ciencias (astrofísica, astronomía) que nos permiten situarnos dentro de un espacio/tiempo a través de la abstracción.

El tercero y más escalado tiene que ver con la interacción de los sentidos y una suerte de conquista que se manifiesta a través de ellos, principalmente la vista, el tacto, la audición y en una menor medida el olfato. Son justamente estos sentidos los que nos permiten poder medir y medirnos con el cielo.

Es en este tercer modo, el de los sentidos, en el que quisiera detenerme y profundizar. Si bien los modos anteriores todos tienen que ver con el CONQUISTAR, creo pertinente referirme a una dimensión más próxima al hombre-hábito, una dimensión objetual e inmediata, escalada a los sentidos humanos. Es en ese contexto en donde me encuentro con el JUEGO, y por ende con lo LÚDICO y es allí en donde el cielo no se conquista, el cielo se “ATRAPA”.

VOLANTINES ATRAPA-CIELO
Las Catedrales Góticas, sus torres y elementos verticalizadores, irrumpen el cielo como una suerte de anzuelos que generan la sensación de descenso y atrapamiento de este. A partir de ahí se construye la percepción al transeúnte de enfrentarse con un lugar en donde habita y se enmarca el cielo, por ende un lugar cerca de Dios.

Encumbrar volantines en Valparaíso es un “acto poético”, que tiene que ver con “ATRAPAR”, con aparecer y hacer aparecer, irrumpir y ser irrumpido, en donde el atrapar tiene que ver con la “trampa” y “el engaño”, construyendo un relato que se centra en una disputa que da cuenta de dos dimensiones.

La primera que apela quizás sin saberlo a los principios aerodinámicos de Bernoulli. Encumbrarse desafiando al viento y las diferencias de presión generadas entre los cerros y quebradas. Sustentarse y emplazarse en movimiento, haciendo parte del desafío el esquivar cables, arboles y techumbres. Es aquí en donde los elementos de diseño son tremendamente significativos (forma, proporción, capacidades del material), incluyendo los tirantes que son los que determinarán el tipo de conducción y la movilidad según las condiciones de vuelo.

La segunda dimensión tiene que ver con una disputa por la permanencia en un “relato” determinado por una decena de otros Volantines que se superponen en el espacio posicionándose de forma engañosa al ojo, otorgándole espesor y tridimensionalidad al escenario. Es esta condición a la que llamamos trampa. La peculiaridad de este fenómeno en Valparaíso tiene que ver con una suerte de “anonimato”, de no saber con quién y contra quién es la disputa, intentando descifrar la ubicación de tus adversarios. La geografía de alguna manera parapeta y cela a los pilotos y sus trincheras, situándonos en el ámbito de lo desconocido, de la interpretación y la suposición. Esto conlleva tener que apelar a aspectos más sutiles vinculados al manejo y características de vuelo de los volantines para poder reconocer o intentar develar con quiénes nos enfrentamos y cuáles deben ser nuestras estrategias para poder salir airosos.

Punto aparte son los aspectos aerodinámicos ligados al encumbrar volantines. Desde la forma, el tamaño, materialidad, tensión de los maderos, tipo de hilo y la postura de los tirantes, hasta las técnicas corporales y de timonaje asociadas al acto de elevar. Todo esto en razón de las características de viento suscitadas en el momento. Entonces estamos en el mundo de la Aerodinámica.

Aún se suele escuchar por los cerros y quebradas de Valparaíso el anónimo grito de “SE FUEEEÉ”, cuando en una combinación de pericia, suerte y calidad del tipo de hilo logran que uno de los volantines porteños atrapen y se adueñen del cielo por un momento, o el incombustible y esencial “Volantín cortao no tiene dueño” y correr en busca del botín que da cuenta de la memoria de una batalla.

PRINCIPIO DE BERNOULLI
La Energía total de un fluido en movimiento se mantiene constante:

Cuando el aire pasa por sobre una superficie del tipo ALAR o un volantín, cubre una distancia mayor y se mueve con mayor velocidad, reduciendo la presión mientras que el aire que pasa por bajo la superficie se mueve de forma más lenta aumentando la presión. La diferencia de presión es la que genera la SUSTENTACIÓN.

TIPOS DE VOLANTINES

CAMBUCHA
Artilugio fabricado preferentemente con papel de periódico sin medros y con cola estabilizadora. Es el pariente pobre del volantín.

ÑECLA
Volantín pensado principalmente para el uso de niños. De pequeñas dimensiones, muy inestable y con estructura similar al volantín estándar. (He visto algunas de hasta 10x10cm).

VOLANTIN COMPETICIÓN
Volantín de medidas aproximadas de 45x45cm, con varillas de madera (arco y larguero) de preferencia caña, coligue y bambú. Existen variantes con elementos estabilizadores como flecos de papel y cola.

MEDIO JOTE
Volantín de dimensiones mayores al volantín estándar (aprox. 65x65cm).

JOTE
Volantín de grandes dimensiones (de 100x100cm) antiguamente era posible ver Jotes de 200x200cm.

RANA
Volantín con proyecciones triangulares en la parte baja.

 

Iván
Jeldes Yañez

Master en ergonomía UPCatalunya.
Diseñador Industrial. PUCV.
Docente UDD