La actual planificación urbana de nuestro país nos sitúa sin lugar a dudas entre los países latinoamericanos que más cambios ha enfrentado. Nuestra geografía se ha visto modificada para dar paso a la construcción de ciudades modernas, verticales y creadas para la nueva población, esa que vive rápido y que no necesita grandes espacios.
Nuestra capacidad de carga (población versus equipamiento) ha sufrido alteraciones que sobrepasan los límites geográficos de la ciudad de hace 20 o 30 años. Hoy en día por ejemplo, muchos de nosotros que contamos con más de 30 años, recordamos los meses de invierno con lluvias desde el mes de abril y hasta casi agosto como una imagen normal y casi habitual de nuestra niñez y adolescencia. Quizás muchos de nosotros nos preguntamos: ¿por qué nuestra ciudad no resultaba con niveles de inundación urbana como vemos hoy en día por las noticias? Valparaíso y Viña del Mar; por ejemplo, cada vez que se presentan precipitaciones por dos o tres días resultan inundados en sus principales arterias, la urbe nueva se sumerge.
La última precipitación que afectó Valparaíso y Viña del Mar el mes de junio pasado, provoco varios efectos en la infraestructura de ambas ciudades. En Viña del Mar el borde costero a partir de la Avda Perú quedó completamente destruido con olas que llegaron a los seis metros, el mar removió rocas y su infraestructura costera paseo costero, restaurantes costeros, barreras de rocas, edificios residenciales entre otras resultó destruida, el mar recupera el borde costero. Las aguas lluvias, en tanto, inundaron parte de Avda. Libertad con 14 Norte.
En Valparaíso, hubo deslizamientos de tierra prácticamente en toda la parte alta de la ciudad. En el Cerro Placeres una vivienda se derrumbó. Además, se registraron inundaciones en las principales arterias de la ciudad como Avda. Errazuriz y Avda Argentina.
Estos antecedentes dejados por las últimas precipitaciones ponen en evidencia dos fenómenos, uno natural, provocado por la eventual recuperación del borde costero de los espacios que le pertenecían o geografía de la memoria y otro provocado por las inundaciones en áreas urbanas que ven sobrepasado su límite de capacidad de carga, producto de la incipiente construcción de nuevos edificios, centros comerciales y otros cuyos drenajes de aguas desembocan a los sistemas de drenaje de la ciudad antes de la construcción de dicha infraestructura.
La planificación urbana permite ordenar el territorio para asegurar la correcta integración de las infraestructuras en los sistemas urbanos. Mezcla la geografía, la sociología, la demografía y la economía para generar una ciudad inteligente y que cree espacios y no los cierre. El fenómeno natural de las precipitaciones y los fenómenos asociados a ella dejan en evidencia nuestro sistema de ciudad. La brecha que existe entre la cantidad de construcciones y la población que habita el territorio. La capacidad del territorio para soportar a dicha población y el comportamiento de este frente a un fenómeno tan normal como el agua. Las inundaciones causadas por el mal drenaje de las aguas lluvias, socavones, pérdida aparente del borde costero entre otros, que no estamos planificando bien nuestras ciudades. Nuestras ciudades crecen y se hacen modernas, pero no se regula el suelo urbano para proteger la población y equilibrar de esta forma la ciudad. Comunidad y autoridades deben asociarse para definir un modelo de desarrollo urbano en función de la geografía donde se emplaza la ciudad. Esto es lo que hace una ciudad moderna y lo que finalmente eliminará el talón de Aquiles de ciudad chilena.
Griselda del C. Ahumada Villarroel
Geógrafo PUCV Licenciado en geografía Especialista en sistemas de información geográfica (SIG)