Pocos saben, pero como suele ser común que en todo ámbito sobre esta tierra hay algún chileno involucrado, resulta que esa regla se repitió con la gran industria de la bicicleta. Soy diseñador industrial debido a la práctica del ciclismo, sin lugar a dudas.
Trabajé desde el 2011 hasta fines del 2014 en el MERIDA Research & Development Center en las afueras de Stuttgart, en el sur de Alemania. Como diseñador industrial estuve a cargo de los desarrollos y diseños de marcos MTB tanto en aluminio como en fibra de carbono, rígidos o doble suspensión para la marca MERIDA Bikes, segundo productor más grande del mundo.
En ese plazo de casi 4 años diseñe 5 marcos. Generalmente empezamos testeando prototipos en aluminio para afinar exclusivamente la geometría del nuevo cuadro. En base a eso definimos todas las características técnicas con las que debe cumplir la nueva categoría y yo me ponía a trabajar en lo que era la línea de diseño. Para eso uno empieza a recopilar rasgos destacados de diseños de objetos tan variopintos como vehículos, zapatillas, artefactos electrónicos, bicicletas de la competencia, etc. En verdad, ese ojo diseñador está presente durante todo el día, no descansa y las observaciones que uno va haciendo en todo momento, pasan a ser archivadas a una carpeta en tu cerebro denominada: característica de diseño destacada -> “posible consideración para algún diseño futuro”. De ahí pasamos de los rápidos bosquejos a mano, que permiten la selección o descarte rápido de propuestas, a la elección definitiva de una propuesta a grandes trazos, sobre la cual yo iniciaba el desarrollo del diseño en detalle, donde evidentemente la exigencia y factibilidad técnica siempre va primando por sobre una propuesta de mero diseño.
Un punto aparte tiene que ver con la contingencia de las posibilidades tecnológicas y de materiales. Hace 20 años atrás mi tarea habría sido principalmente la de innovar en materiales (cromo molibdeno -> titanio -> aluminio), evoluciones de geometría, y ciertas piezas mecanizadas, ya que se trabajaba exclusivamente con tubería redonda y con suerte se doblaba ligeramente algún tubo. Hoy en día trabajamos con tubería de aluminio hidroformada o materiales compuestos de primer nivel, que permiten libertades para presentar propuestas creativas cuasi infinitas. Con el avance tecnológico de materiales y procesos de construcción, estamos en condiciones de experimentar formalmente sin arriesgar en la funcionalidad de la bicicleta. Hoy tratamos el marco mediante superficies, superficies de transición, cantos, líneas de luz y curvaturas de grados. Trabajamos con software CAD de superficies al igual que la industria automotriz, pues el diseño formal del marco resulta fundamentalmente relevante, ya que se ha convertido en LA característica diferenciadora en relación a las bicicletas de la competencia. Pongan un marco de Scott, Trek, Cannondale, Giant, etc. sin pintura uno al lado del otro y un medianamente entendido los relaciona sin problema a su respectiva casa matriz. En la dimensión del diseño nos la jugamos por generar ese rasgo único que a veces es sutil, sobrio, elegante, radical o técnico, que evoque deseo y ojalá permita incluso de reojo reconocer a una determinada marca.
De antiguamente tener pocas libertades técnicas y por eso generar grandes pasos evolutivos en el desarrollo de las bicicletas, pasamos a tener grandes libertades técnicas y generar cada vez más finas, imperceptibles y complejas, pero igualmente destacables evoluciones en la bicicleta.
La industria de la bicicleta está repleta de mentes que actúan con convicción ciclista apasionada. Esa interacción resulta un verdadero lujo considerando las muchas dimensiones un tanto rutinarias de nuestra vida. Hay una autentica alegría y entusiasmo en la búsqueda de la perfección de cada parte y el “descubrir” durante esos procesos de desarrollo son un genuino motor.
Eduardo
Pacheco Höpfl
Dideñador Industrial PUCV
Postgrado SAdBK Stuttgart, Alemania
Socio Fundador GRAVIS Cycles