Si aceptamos a la ciudad como la expresión del deseo del ser humano de vivir en comunidad, el que se materializa desde la revolución agrícola, momento en el que se logra producir la gran cantidad de recursos que se requiere, podemos suponer que la cooperación entre las personas es la que hace deseable agruparse en la urbe.
La cooperación se da entre las personas que componen la ciudad intercambiando bienes y protegiéndose de enemigos humanos y animales.
Sin duda hay externalidades negativas, como son el hacinamiento, enfermedades y otras que si bien son amenazas, no logran hacer cambiar al hombre de opinión y persiste en su gusto por la ciudad.
Pero también existen amenazas de otra categoría, las de “fuerza mayor”, las que no puede evitar el ser humano, estas son los desastres naturales entre los que contamos Terremotos y Tsunamis.
El planeta Tierra guarda distintas amenazas para el ser humano. Los terremotos, en su mayoría, se concentran en el “Cinturón de Fuego del Pacífico”, que es toda la costa que rodea dicho océano. Aquí se concentra el 90% de los sismos del planeta. También existe una zona de importante sismicidad en el norte de India que “choca” con Asia y un conjunto de sectores del mediterráneo oriental incluyendo Italia, Turquía e Irak.
Los maremotos en su inmensa mayoría, se desarrollan en el Cinturón de Fuego del Pacífico, Chile con su larga costa está expuesto a tsunamis y en su historia se registran importantes tsunamis como el de Valparaíso (1730), Valdivia (1960), Puerto Aysén (2007), Cobquecura (2010) y Coquimbo (2015).
En Chile hemos aprendido a construir ciudades que soportan en buena forma los terremotos, pero tenemos un sesgo natural, lo que no está bien edificado se cae y lo perdemos como punto de referencia. Tenemos un buen comportamiento general de las estructuras y por sobre todo exhibimos un número menor de muertos cuando sufrimos los embates de un sismo de gran magnitud.
Tenemos suerte, nuestros sismos son fuertes, tienen gran cantidad de energía y podemos ufanarnos de ellos, pero felizmente la forma en que se suelta esta energía es lo suficientemente gradual como para que no sean tan destructivos como en California y Japón, donde con terremotos de menor magnitud, por el hecho de liberar gran parte de la energía bruscamente en un impulso muy corto es que son mucho más destructivos que los gigantes y amables sismos chilenos.
De los Tsunamis nunca sabremos mucho en Chile, y esto por una razón muy sencilla, Santiago no tiene costa, y por ello no se estudiarán con tanta profundidad. Sí, la ingeniería antisísmica también es centralista. Pero también sucede que los Tsunamis son fenómenos menos recurrentes que los terremotos, por lo que es más fácil estudiar estos últimos y de hecho seguimos haciéndolo, de manera de que nuestras ciudades sigan siendo nuestra forma segura de protegernos, cooperando entre nosotros.
Luis Adolfo Della Valle Solari
Ingeniero Civil Estructural P.U.C.
Gerente General Luis Della – Valle & Asociados LDVA: Cálculo Estructural Proyectos de Viviendas, Industriales y Edificios Habitacionales y comerciales a lo largo de todo el país. – www.ldva.cl