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DISEÑO

La señal, la señalética y la señalización

By abril 17, 2025abril 26th, 2025No Comments

Enfrentar la realidad inmediata que genera un desastre natural es y será un tema complejo, básicamente porque la reacción natural y espontánea abarca una serie de áreas de nuestra persona y actúa simultáneamente impactando lo fisiológico, lo emocional, lo cognitivo y lo social.

Así entendido, el plantear cualquier acción preventiva y de seguridad ante la ocurrencia de un tsunami debe ser abordada considerando los factores antes mencionados.

El caso particular de la señalética presente en nuestras ciudades, utilizada y normada internacionalmente, parece desconocer la naturaleza compleja de nuestras reacciones y reduce su intervención a la incorporación de una serie de señales convenidas dentro de un sistema de señalética “correcto” y un plan de señalización aún no resuelto.

En este ámbito, la tarea a realizar desde el diseño no se reduce solamente a darle forma a la señal en cuanto signo o gesto que nos informa o avisa de algo. El foco debe estar puesto en el empeño de darle sentido y elocuencia a la imagen que sustituye a la palabra escrita, allí es donde debemos poner el énfasis puesto que la alarma y la alerta ante la señal queda condicionada por el cómo estoy, cómo me siento, cómo pienso y cómo me organizo ante el peligro y cómo percibo que la señal me ayuda en esto.

Considerar los rasgos anteriores al parecer es un tema ausente cuando analizamos la señalética en uso hoy en día, la que claramente obedece a convenciones, pero estas aún no son fácilmente interpretadas y reconocidas en su función por parte de quienes debemos sentirnos guiados y protegido por ellas.

La señalética que vemos en nuestras calles usa un sistema comunicacional que traduce las señales a símbolos icónicos, lingüísticos y cromáticos, el que debe necesariamente responder a un programa de diseño previamente elaborado que permita la adecuada relación funcional entre los signos de orientación en el espacio y el comportamiento de los individuos.

La experiencia de la última alerta de tsunami en Valparaíso y el proceso de evacuación asociado a ella nos muestra precisamente una brecha entre lo esperado de un sistema de señalética y señalización y lo que finalmente ocurre cuando nos enfrentamos a él en una emergencia.

La señalización para comportarse de manera efectiva debe considerar la natural reacción multidimensional de nuestro ser ante una situación de emergencia, ante los aspectos fisiológicos se deben definir patrones de tamaño y legibilidad de estas señas, los aspectos emocionales nos refieren a la búsqueda de la sensación y situación de seguridad configurada por la claridad de la ubicación relativa entre la zona de peligro y la zona segura.

Desde lo cognitivo resulta evidente que el valor debe estar puesto en señalar una clara orientación, un recorrido evidente y una pronta accesibilidad a la zona segura, todo ello bajo el criterio de seguridad en los desplazamientos. La componente social condiciona el comportamiento colectivo, tanto así que en ocasiones el seguir a la mayoría tiende a reemplazar el grado de verdad que deben comunicar las señales.

 

Este enfoque nos permitirá definir entonces un sistema que cabalmente cumpla con una serie de características que permitan definirlo como apropiado. Apropiado según la percepción de lo adecuado y reglado internacionalmente y apropiado desde la dimensión en que el habitante de nuestro borde costero lo haga propio.

Analizando la señalización en esta doble concepción es que se debe destacar el sentido autónomo que debe tener como sistema caracterizado por la capacidad de regular las conductas y flujos humanos a partir de un código conocido y aprendido por los usuarios, en la efectividad de estos factores reside el primer nivel para entender lo apropiado.

La segunda mirada a lo apropiado recae fuertemente en la capacidad de estas señas de independizarse de las características del entorno y de no influir en él de modo de ser verdaderas señales cuya visibilidad sea pertinente y oportuna en cuanto a secuencias, distancias y ubicaciones.

Es de esto de lo que el diseño debe ocuparse, conferirle sentido a un sistema de señalética cargándolo de elocuencia en su modo y manera de orientar y conducir.

 

Eduardo Abarca Lucero

Diseñador Industrial PUCV, Académico Escuela de Diseño Universidad de Valparaíso