Análisis y reflexión de una obra, por la Artista Plástica Pamela Martínez Rod
Considero que algunas obras artísticas nos ayudan a reflexionar, de un modo nuevo, sobre temas sociales y políticos latentes, que en nuestras conversaciones cotidianas han quedado rezagados. Muchas realidades a las que estamos acostumbrados son cuestionadas por los artistas mediante sus obras, este es el caso del grabado titulado “El agua se convirtió en vino”, del artista porteño Christian Carrillo.
Todos sabemos que el agua es fundamental para la vida humana y que sin ella no podemos vivir. Nuestros antepasados comprendían que el agua no sólo era dadora de vida, sino que era vida en sí. En la cosmovisión mapuche el agua es sagrada, es energía y es una savia –Ñuke- por la cual existimos todos los seres vivientes.
De este modo el agua también uniría a todos los seres humanos tanto por estar formados en gran parte de ella como por necesitarla para vivir. Sin embargo, nuestra mirada urbana está centrada no ya en las interpretaciones espirituales o filosóficas del agua sino más bien en las económicas.
No nos parece igual el agua del mar, que el agua potable ni el agua presente en el paisaje, como la de lagos o ríos, de la procedente de la lluvia, ya que la diferenciamos por su pertenencia y por el uso que le damos. Es en este sentido que Christian Carrillo nos habla del agua, de aquella que (mal)comprendemos como un bien de consumo.
En el grabado de Carrillo leemos “el agua se convirtió en vino y el vino se convirtió en agua y luego el agua se privatizó, el agua, Vi-no, se privatizó la vida. El agua se convirtió en vino y el vino se transformó en agua y luego esta se privatizó”. El artista nos quiere hacer pensar en esta problemática actual: el cambio desde la concepción del agua como un derecho esencial de las personas y un bien colectivo, hacia un concepto de bien económico que tenemos más que asumido con todas sus consecuencias humanas y medioambientales.
La técnica usada en esta obra es el hueco grabado, técnica que marca a presión las letras para reconocerlas gracias a su volumen y que configuran el texto descrito. Carrillo dice que el agua no es representada en la obra como el elemento que conocemos, sino que, de un modo abstracto, a través de lo incoloro y lo transparente de ella, como cualidad visual que configura la obra. Además, con el juego de palabras, Carrillo relaciona el agua con el vino haciendo referencia al primer milagro de Cristo en las bodas de Caná.
Como en un bucle el artista nos señala al agua como origen del vino y a éste del agua y como fin último la privatización, también como un milagro, pero absurdo, algo que ha ocurrido sin más, como consecuencia natural del capitalismo.
En la experiencia chilena de privatización, el agua, un recurso abundante pero desigualmente repartido en nuestro país, se ha transformado en una anhelada mercancía que en su mayor parte ha sido comprada por multinacionales extranjeras que nos la venden a nosotros mismos: aquí comprendemos el juego de repetición-bucle sin fin- del texto de Carrillo.
En su estudio sobre el agua, Sara Larraín señala la importancia para los países de resguardar el derecho al agua como un recurso básico para la vida. La autora indica que para rediseñar las políticas que han conducido a la privatización del agua en Chile deben incluirse tanto los planteamientos dados por los pueblos originarios, como la participación de la sociedad civil; re-definiendo este recurso como un derecho humano básico y un bien colectivo, para poder considerarlo al fin como fundamental para la vida de las personas y del planeta; y por lo tanto, “inalienable y no mercantilizable”. Es de este modo que la obra de Carrillo nos invita a replantearnos nuestra comprensión sobre el agua para exigir los cambios y así salir de este bucle financiero insensato.
La obra de Christian Carrillo posee un código QR que enlaza con un vídeo que es parte de la obra, les invito a verlo y a conocer más de la obra de este artista en su página web: www.ccarrillo.cl
PamelaMartínez Rod
Es artista, madre, Diseñadora Gráfica por la Universidad Católica de Valparaíso, Doctora en bellas artes por la Universidad de Barcelona.