Inundaciones costeras: Un problema en aumento
El borde costero de la ciudades emplazadas en la zona central de Chile está fuertemente intervenido, tanto con infraestructura residencial, como también una gran cantidad de infraestructura vial y servicios. El alto interés por habitar la franja costera ha llevado a una intensa densificación de esta, describiendo un modelo de crecimiento que genera escenarios eventualmente catastróficos al ignorar el potencial destructivo de los fenómenos tectónicos y oceanográficos que la afectan. La zona central de Chile ha sido constantemente afectada en los últimos años por eventos de marejadas, provenientes tanto del suroeste (oleaje predominante) como también del norte, manifestándose con un intenso oleaje generado por la combinación de diversos componentes meteooceanográficos, tales como el viento, presión atmosférica y mareas. Ante estos eventos, las defensas costeras existentes se suelen ver sobrepasa- das, lo cual ha llegado a generar anegamiento de vías, colapso de defensas y últimamente una fuerte erosión de playas.
En los últimos años se ha registrado un aumento conside- rable, tanto en el número de eventos de marejadas, como también en la intensidad de estos eventos. El promedio de marejadas entre 2006 y 2014 fue de 32. El año 2015 aumentó a 45 y posteriormente el año 2016 el número aumentó nuevamente a 56 eventos, siendo el año con mayor registro histórico. Este aumento en frecuencia e intensidad trae consigo un importante desafío para la planificación de ciudades que describen un alto riesgo de inundaciones costeras.
Adaptabilidad
La adaptabilidad es un concepto empleado para señalar posibles estrategias para remediar una situación de vulnerabilidad negativa. Esta define la capacidad de los componentes de un sis- tema para construir resiliencia, con miras a tener una mejor res- puesta ante futuras perturbaciones, reducir daños y permitir una recuperación más rápida en futuros desastres. En este contexto, se entiende la adaptabilidad post-desastre como la capacidad de un asentamiento para reinterpretar el uso del territorio y la infraestruc- tura urbana luego de ser afectados por un evento destructivo. La adaptabilidad estará condicionada a la capacidad de respuesta de la comunidad local, existiendo diversas variables a través de las cuales se puede desarrollar, tales como el trazado urbano, tipolo- gías estructurales y la materialidad. A pesar de la necesidad de una rápida adaptación de territorios o infraestructura afectada, la expe- riencia internacional muestra que la adaptabilidad de escenarios vulnerables ha sido lenta en la mayoría de localidades afectadas.
Estrategias de Adaptabilidad
Las estrategias de adaptabilidad más utilizadas y discuti- das para localidades afectadas por inundaciones costeras, corres- ponden a la protección, acomodación y reubicación de infraes- tructura vulnerable. La protección se lleva a cabo a partir de obras costeras de defensas con el fin de proveer resguardo ante oleaje, entre ellas muros rompeolas, diques y espigones. La utilización de barreras duras para protección es una de las estrategias mas usadas alrededor del mundo. Sin embargo existen diversas problemáticas asociadas a estas barreras defensivas, entre ellas los altos costos de mantención, deterioro y fallas por oleaje extremo, así como cam- bios en los patrones de erosión y sedimentación de costas.
La acomodación es una estrategia que permite la conti- nuidad de uso de infraestructura amenazada, a pesar de los cambios medioambientales. Dentro de las estrategias que acompañan la acomodación se destacan las modificaciones a los instrumen- tos de planificación territorial, elevar pisos, generar franjas libres de construcción, cambio en uso de suelos, mejoras de drenajes y elaboración de planes de evacuación. La modificación de los ins- trumentos de planificación territorial destaca como la acción que mayor impacto podría tener dentro de un territorio debido a que permite modificar el crecimiento y uso de la ciudad en referencia a sus amenazas naturales, sin embargo, esta acción toma un prolongado tiempo en materializarse, por lo cual deben ser consideradas como respuestas a largo plazo.
La reubicación es una estrategia de adaptabilidad a esce- narios riesgosos que involucra el abandono de áreas de alta vulnerabilidad, y una posterior reubicación en zonas altas con baja o nula vulnerabilidad.
Dentro de las estrategias de adaptabilidad existe también el concepto de multiprotección, entendido como una sumatoria de medidas de adaptabilidad, tanto para edificaciones, como para el trazado urbano. Esta estrategia podría incluir, entre otras, el uso de barreras de mitigación artificiales y naturales, adaptación de edificaciones y estructuras, restricción de uso de primeros pisos, evitar las zonas residenciales en zonas de inundación, y la incorporación de estructuras de evacuación vertical, las cuales aún no han sido implementadas. Una estrategia de multiprotección para una zona costera de uso intensivo podría contribuir significativamente, ya que un sistema de protección multifuncional tendrá mayores posi- bilidades de absorber perturbaciones sin alterar sus funciones.
Mas allá de estas estrategias, se considera una comunidad adaptada al riesgo de inundación aquella donde se educa a sus habitantes sobre estos riesgos y se toman diversas medidas para salvaguardar tanto la integridad de los habitantes como de la in- fraestructura. En este sentido, nuestras autoridades están llamadas a generar no solo modificaciones a los instrumentos de planificación, sino que también a generar programas que eduquen a la sociedad en materia de riesgos. Esto no solo aplica para las comunidades costeras, sino que para todo el territorio nacional.
Felipe Igualt Jara
Inundaciones costeras: Un problema en aumento
El borde costero de la ciudades emplazadas en la zona central de Chile está fuertemente intervenido, tanto con infraestruc- tura residencial, como también una gran cantidad de infraestructu- ra vial y servicios. El alto interés por habitar la franja costera ha lle- vado a una intensa densificación de esta, describiendo un modelo de crecimiento que genera escenarios eventualmente catastróficos al ignorar el potencial destructivo de los fenómenos tectónicos y oceanográficos que la afectan. La zona central de Chile ha sido constantemente afectada en los últimos años por eventos de mare- jadas, provenientes tanto del suroeste (oleaje predominante) como también del norte, manifestándose con un intenso oleaje generado por la combinación de diversos componentes meteo-oceanográfi- cos, tales como el viento, presión atmosférica y mareas. Ante estos eventos, las defensas costeras existentes se suelen ver sobrepasa- das, lo cual ha llegado a generar anegamiento de vías, colapso de defensas y últimamente una fuerte erosión de playas.
Los últimos años se han caracterizado por la alta recurrencia de eventos de marejada en las costas de la zona central de Chiles. Estas inunda- ciones afectaron tanto la infraestructura pública, como mobiliario urbano, residencias, automóviles y turistas. Solo en lo que va del año 2017, se han registrado más de 20 eventos de marejadas.
En los últimos años se ha registrado un aumento conside- rable, tanto en el número de eventos de marejadas, como también en la intensidad de estos eventos. El promedio de marejadas entre 2006 y 2014 fue de 32. El año 2015 aumentó a 45 y posteriormente el año 2016 el número aumentó nuevamente a 56 eventos, siendo el año con mayor registro histórico. Este aumento en frecuencia e intensidad trae consigo un importante desafío para la planificación de ciudades que describen un alto riesgo de inundaciones costeras.
Adaptabilidad
La adaptabilidad es un concepto empleado para señalar posibles estrategias para remediar una situación de vulnerabilidad negativa. Esta define la capacidad de los componentes de un sis- tema para construir resiliencia, con miras a tener una mejor res- puesta ante futuras perturbaciones, reducir daños y permitir una recuperación más rápida en futuros desastres. En este contexto, se entiende la adaptabilidad post-desastre como la capacidad de un asentamiento para reinterpretar el uso del territorio y la infraestruc- tura urbana luego de ser afectados por un evento destructivo. La adaptabilidad estará condicionada a la capacidad de respuesta de la comunidad local, existiendo diversas variables a través de las cuales se puede desarrollar, tales como el trazado urbano, tipolo- gías estructurales y la materialidad. A pesar de la necesidad de una rápida adaptación de territorios o infraestructura afectada, la expe- riencia internacional muestra que la adaptabilidad de escenarios vulnerables ha sido lenta en la mayoría de localidades afectadas.
Estrategias de Adaptabilidad
Las estrategias de adaptabilidad más utilizadas y discuti- das para localidades afectadas por inundaciones costeras, corres- ponden a la protección, acomodación y reubicación de infraes- tructura vulnerable. La protección se lleva a cabo a partir de obras costeras de defensas con el fin de proveer resguardo ante oleaje, entre ellas muros rompeolas, diques y espigones. La utilización de barreras duras para protección es una de las estrategias mas usadas alrededor del mundo. Sin embargo existen diversas problemáticas asociadas a estas barreras defensivas, entre ellas los altos costos de mantención, deterioro y fallas por oleaje extremo, así como cam- bios en los patrones de erosión y sedimentación de costas.
La acomodación es una estrategia que permite la conti- nuidad de uso de infraestructura amenazada, a pesar de los cam- bios medioambientales. Dentro de las estrategias que acompañan la acomodación se destacan las modificaciones a los instrumen- tos de planificación territorial, elevar pisos, generar franjas libres de construcción, cambio en uso de suelos, mejoras de drenajes y elaboración de planes de evacuación. La modificación de los ins- trumentos de planificación territorial destaca como la acción que mayor impacto podría tener dentro de un territorio debido a que permite modificar el crecimiento y uso de la ciudad en referencia a sus amenazas naturales, sin embargo, esta acción toma un prolon- gado tiempo en materializarse, por lo cual deben ser consideradas como respuestas a largo plazo.
La reubicación es una estrategia de adaptabilidad a esce- narios riesgosos que involucra el abandono de áreas de alta vul- nerabilidad, y una posterior reubicación en zonas altas con baja o nula vulnerabilidad.
Dentro de las estrategias de adaptabilidad existe también el concepto de multiprotección, entendido como una sumatoria de medidas de adaptabilidad, tanto para edificaciones, como para el trazado urbano. Esta estrategia podría incluir, entre otras, el uso de barreras de mitigación artificiales y naturales, adaptación de edifi- caciones y estructuras, restricción de uso de primeros pisos, evitar las zonas residenciales en zonas de inundación, y la incorporación de estructuras de evacuación vertical, las cuales aún no han sido implementadas. Una estrategia de multiprotección para una zona costera de uso intensivo podría contribuir significativamente, ya que un sistema de protección multifuncional tendrá mayores posi- bilidades de absorber perturbaciones sin alterar sus funciones.
Finalmente, para tener una adaptación positiva e integra- da de la zona costera ante futuras inundaciones, no se debe romper la relación directa que existe tanto física, como visualmente con el mar, sino que se debe trabajar en una relación en que las barreras de protección se integren a las opciones recreativas, productivas, comerciales, entre otras. Por su parte, las modificaciones estructu- rales en edificaciones, como alzar los primeros niveles o cambiar la materialidad, permitirían tener una mejor preparación y respuesta de las edificaciones ante futuras inundaciones costeras, lo cual in- cide en la disminución de víctimas y daños dentro de la comunidad afectada.
Felipe Igualt Jara
Arquitecto PUCV. 2006
Magister Náutico y marítimo PUCV. 2009
D.ARCH, Doctor en Arquitectura. 2015
Profesor Asociado,
Escuela de Arquitectura PUCV
Investigador sobre efectos de tsunami e inundaciones costeras en zonas urbanas.